A pesar de que los mares y océanos bañan más del 70% de la superficie del planeta, la necesidad de conocer en profundidad estos ecosistemas para lograr su conservación aún tiene mucho camino por delante.
“La vida en los océanos ha disminuido en todo el mundo debido a la sobrepesca, la destrucción del hábitat y el cambio climático. Sin embargo, solo el 7% del océano está actualmente bajo algún tipo de protección”, afirma el explorador residente de National Geographic, Enric Salaen, en una entrevista con este medio.
Considerar los espacios acuáticos como motores de innovación y crecimiento para un desarrollo económico sostenible y rentable es el eje de la llamada economía azul o blue economy, un concepto fundamentado en imitar el funcionamiento de la naturaleza, siguiendo el principio de la economía circular, para reconvertir los residuos de nuevo en materiales eficientes.
¿Cuándo nace la economía azul?
Así, la economía azul pretende fomentar un nuevo sistema económico alejado del concepto de usar y tirar continuamente los recursos que nos ofrece la naturaleza. Se trata por tanto el motor clave para la recuperación de los ecosistemas y para crear conciencia sobre la importancia de los recursos de los océanos y costas más allá de la pesca y el turismo.
El Banco Mundial define a este modelo como el “uso sostenible de los recursos oceánicos para el crecimiento económico, la mejora de los medios de vida y el empleo, al tiempo que se preserva la salud del ecosistema”.
En esencia, el gran reto que tiene por delante es el cambio de paradigma necesario en nuestro modelo económico, ya que conlleva desligar el desarrollo socioeconómico humano con la degradación del medio ambiente y los ecosistemas.
El concepto tuvo su origen en el economista belga Gunter Pauli, quien escribió por primera vez sobre esta idea en 1994, en su libro titulado La Economía Azul, para fomentar un modelo económico que tuviera como centro el respeto por el medio ambiente.
¿Cuándo nace la economía azul?
Así, la economía azul pretende fomentar un nuevo sistema económico alejado del concepto de usar y tirar continuamente los recursos que nos ofrece la naturaleza. Se trata por tanto el motor clave para la recuperación de los ecosistemas y para crear conciencia sobre la importancia de los recursos de los océanos y costas más allá de la pesca y el turismo.
El Banco Mundial define a este modelo como el “uso sostenible de los recursos oceánicos para el crecimiento económico, la mejora de los medios de vida y el empleo, al tiempo que se preserva la salud del ecosistema”.