Las apuestas climáticas de Colombia son ambiciosas. Para 2030 el país se propuso reducir en un 51 % sus emisiones de gases efecto invernadero, y para 2050, ser carbono-neutral. Y aunque no es una ruta fácil, el Ministerio de Ambiente, de la mano de otras carteras, se ha planteado una hoja de ruta compuesta por 196 acciones y medidas, que recibe el nombre de Contribución Determinada a Nivel Nacional o NDC, el aporte de cada país para cumplir el Acuerdo de París.
Colombia, a pesar de no ser un gran emisor de gases de efecto invernadero, sí es muy vulnerable a los efectos del cambio climático. Según la Tercera Comunicación Nacional de Cambio Climático, todos los departamentos del país tienen algún grado de riesgo por cambio climático, y en la categoría ‘muy alto’ están San Andrés, Providencia y Santa Catalina, Amazonas, Guainía y Vaupés. Las sequías, las inundaciones, la desertificación, los incendios forestales, la escasez de alimentos, los desplazamientos masivos y fenómenos meteorológicos cada vez más intensos como el huracán IOTA son algunas de las emergencias para las que el país se preparará a través de lo establecido en su NDC.
Además, una de las mayores riquezas del país es el agua: cuenta con seis nevados, 44 % de los páramos de Sudamérica, cinco vertientes hidrográficas, 30 grandes ríos, 1.277 lagunas y más de 1.000 ciénagas. De ahí que, casi el 70 % de la electricidad que se genera viene de hidroeléctricas. Sin embargo, este es un recurso que depende de la variabilidad del clima, por lo que, con el creciente aumento de la temperatura global del planeta, es más que necesario encontrar fuentes de energía alternativas.
Si Colombia quiere aportar al mantenimiento de la temperatura de la Tierra por debajo de los 2 grados Celsius para finales de siglo, como establece el Acuerdo de París, debe apostarle a la transición energética y gestionar el recurso hídrico con este concepto siempre en mente: cambio climático. El Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Carlos Correa, explica cómo lo harán en los próximos 10 años.
Responder a la emergencia climática es cada vez más urgente. ¿Qué rol juega Colombia en la lucha global contra este fenómeno?
Cuando hablamos de lucha global contra el cambio climático, hablamos de dos temas grandes. Uno es la mitigación, que consiste en reducir aproximadamente 51 mil millones de toneladas de gases de efecto invernadero que son emitidas anualmente, a cero neto en 2050. Esto implica cambios importantes en la manera en la que funcionan las economías y Colombia hace parte del proceso. El país plantea una estrategia de largo plazo –la Estrategia E2050– en la que se fija unas metas que le permitirán ser carbono neutral. También tenemos la Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC por sus siglas en inglés), que es el primer escalón para ponernos en la senda hacia la carbono-neutralidad. Se encuentra entre las más ambiciosas de la región y establece reducir las emisiones de gases de efecto invernadero proyectadas para 2030 en un 51 %. El otro gran reto es adaptarnos a los efectos del cambio climático.