Como medio de transporte, las bicicletas protegen el medioambiente, mejoran la salud de las personas y descongestionan las ciudades. El 3 de junio se conmemora su día internacional.
Son muchas las alegrías que han traído los ciclistas a nuestro país y un sinnúmero de historias se han tejido en bicicletas. Incluso, todos podríamos estar de acuerdo con que en medio de la tremenda crisis social que afrontamos por estos días, el triunfo de Egan Bernal, en el Giro de Italia, le dio un respiro a Colombia.
Gracias a este medio de transporte, y a la posibilidad de pedalear, se han cumplido sueños deportivos para nuestra nación y además podríamos lograr una transformación social y ambiental: actualmente, somos aproximadamente 7.700 millones de personas en el mundo y se estima que un poco más de mil millones de automotores y ese mismo número de bicicletas están circulando en el planeta.
Los hábitos y dinámicas de movilidad son una de las preguntas constantes para los gobernantes en la planificación de los territorios. Y el instrumento existente para resolver parte de este problema es un diagnóstico que se hace mediante una encuesta origen-destino que, además, permite determinar los comportamientos de movilización de los ciudadanos.
Los datos arrojados permiten concluir, por ejemplo, el porcentaje de personas que viajan en los diferentes modos: vehículos particulares (auto o moto), transporte público, bicicleta o a pie. En últimas, determinan la distribución modal, el motivo del viaje -como trabajo, estudio, ocio- y los tiempos que demoran en promedio los recorridos, sumado a la identificación de características socioeconómicas de los viajantes, como su género, edad, grado de escolaridad, entre otras.
Pero en búsqueda de ciudades y territorios más sostenibles, siempre tendremos que promover el transporte público como la columna vertebral de la movilidad y, a la par, un medio de transporte sostenible, ecológico y económico, como es la bicicleta.
Muchas ciudades europeas han avanzado en esta apuesta, donde la han convertido en un referente mundial y un atractivo turístico. La bicicleta es un medio de transporte y un estilo de vida: Copenhague (Dinamarca), Ámsterdam y Utrecht (Países Bajos) hacen parte de los territorios que han materializado una política clara en relación con su utilización. La promoción debe ser desde el activismo y con hechos claros, como es el desarrollo de cicloinfraestructura, aunque técnicamente es posible compartir la vía con automotores.
Las bicicletas no solo son un medio para recrearnos, pueden ser una herramienta de trabajo y, adicionalmente, sirven para desplazarnos, mejorando así, la economía familiar. Al mismo tiempo tienen un impacto positivo sobre nuestra salud y las condiciones ambientales, porque contribuyen a la disminución de emisión de gases de efecto invernadero (GEI). Justamente, estas fueron algunas de las razones por las cuales la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 3 de junio como el Día Mundial de la Bicicleta. Todos podemos unirnos para promover su uso.
En Colombia circulan cerca de 16 millones de vehículos. En ese sentido, no se trata de desconocer esta realidad y dedicarnos exclusivamente a construir ciclorrutas, sino que necesitamos hacer una transición en la que se reconozca que las motos y carros juegan un rol importante en nuestra economía y sociedad.